miércoles, 18 de junio de 2008

Solo esperando llega el tiempo

Siempre que el colectivo tarda mas de diez minutos me pongo nervioso. Aunque no este apurado y no tenga tampoco que hacer nada mas importante que tirarme a ver una caja que habla y miente. Pero al igual que mucha gente no me gusta esperar. Lo que todavía no asumí, es que vivimos esperando aunque no queramos. Siempre uno espera algo. El día del partido, el cumpleaños de la nena o la final de Gran Cuñado. Hasta cuando dormimos esperamos que suene el despertador, aunque soñemos que matamos a Viviana Canosa encerrándola en una cama solar. Siempre algo nos falta o por algo no estamos un cien por ciento felices. ¿cuándo llegan las vacaciones?, ¿cuando me crecerán pelos en las axilas (hombre joven) o cuando dejarán de salir (mujer cuarentona)?, y miles y miles de ejemplos mas. Pareciera que el consultorio es un lugar hecho para que la gente lea GENTE. La espera de una embarazada por lo general es dulce, no así la espera de Carlitos Balá en camarines antes de salir al aire. Todo ese tiempo que pensamos que tenemos mala suerte porque tenemos que esperar deberíamos usarlo en otra cosa, como leer la letra chica de los contratos o pensar apodos para los futbolistas de inferiores. Las arrugas algún día van aparecer aunque los cirujanos les encuentren armas de destrucción masiva y las intenten matar. Las cosas dejarán de ser nuestros orgullo para pasar nuestro chamullo (o photoshop). Por eso disfrutemos cada minuto de nuestras vidas sin pensar lo que viene. Se me acaba de quemar la comida.

2 comentarios:

Nat . dijo...

Es muy cierto, vivimos esperando...Desde el domingo a la noche, que ya queremos que sea viernes de nuevo (la más preadolescentil de las esperas)...o esperar que termine el programa de Mirtha, para saber que pasó con la vedette del momento en lo de Rial...

Che, el remis que pedí no llega.

(muy bueno)

Juan-D dijo...

Se me quemó una neurona.

Yo lo que odio es esperar a alguien en una esquina. Sobre todo porque nunca llega, la muy guacha.