viernes, 27 de noviembre de 2009

No quiero oro



Un día alguien decidió que el oro era muy valioso. Y todos empezaron a querer oro. Y el oro empezó a querer los dedos y los cuellos mas que la oscuridad de las minas. Si nos sinceramos es posible que lleguemos a la conclusión de que el oro no es necesario para nuestras vidas. Pero el oro maneja nuestros bolsillos a su criterio, y esos papeles que usamos para pagar las cuentas están respaldados con oro en la boveda de un banco. El oro vale tanto como nosotros dejamos que valga. Como el oro es valioso desde que nacemos, es muy difícil aceptar que estuvimos toda la vida equivocados pensando que el oro vale mucho, por eso lo dejamos así como esta. Dicen que la piel recibe al oro mejor que a ningún otro metal, los imanes humanos atraen oro a sus cuerpos.