viernes, 6 de junio de 2008

Descansen en vida

Nadie pretende vivir mas allá de los 80 años, a partir de allí los años son regalos que la gente vieja agradece en silencio. Los viejos son extremadamente sabios e inocentes. Son como Los Angeles, California. Son geniales sus rutinas, con broche en la botamanga del pantalón para no engancharlo en la cadena de la bici. Y mil cosas más, un té con leche, libritos de grasa y soda de sifón. Los ancianos tienen la tranquilidad de saber que en poco tiempo no van a estar más en este mundo, como quién tiene ya vendida la casa y por eso no le corta el pasto. La lectura de la vida que hacen los mayores es muy diferente a la que hacemos los no viejos. Los antiguos prefieren saber antes de entender, y nosotros viceversa. Por eso se ve cada día menos gente con un oficio y mas atendiendo un teléfono. Por eso no hay zapatero cerca de mi casa y el service de la tele me lo presupuesto un robot. Por eso la lustradora se dejó de usar y Mr. Musculo entro en nuestras familias. El hoy y el mañana son una sola palabra cuando uno es viejo. Seguramente mas de uno cree que los viejos lo único que saben hacer es tomar whisky y leer La Nación, pero se equivocan. Los abuelos son tan corajudos que nos hicieron a todos nosotros, todos son nuestros abuelos y abuelas. La vida se basa en el respeto, Nico Reppeto. Disfruten de sus viejos, y dejenlos que descansen en vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y sepamos aprender de ellos, también en vida!