
Nadie pretende vivir mas allá de los 80 años, a partir de allí los años son regalos que la gente vieja agradece en silencio. Los viejos son extremadamente sabios e inocentes. Son como Los
Angeles, California. Son geniales sus rutinas, con broche en la
botamanga del pantalón para no engancharlo en la cadena de la
bici. Y mil cosas más, un té con leche,
libritos de grasa y soda de sifón. Los ancianos tienen la tranquilidad de saber que en poco tiempo no van a estar más en este mundo, como quién tiene ya vendida la casa y por eso no le corta el pasto. La lectura de la vida que hacen los mayores es muy diferente a la que hacemos los no viejos. Los antiguos prefieren saber antes de entender, y nosotros viceversa. Por eso se ve cada día menos gente con un oficio y mas atendiendo un teléfono. Por eso no hay zapatero cerca de mi casa y el
service de la
tele me lo presupuesto un robot. Por eso la
lustradora se dejó de usar y
Mr.
Musculo entro en nuestras familias. El hoy y el mañana son una sola palabra cuando uno es viejo. Seguramente mas de uno cree que los viejos lo único que saben hacer es tomar
whisky y leer La Nación, pero se equivocan. Los abuelos son tan
corajudos que nos hicieron a todos nosotros, todos son nuestros abuelos y abuelas. La vida se basa en el respeto,
Nico Reppeto. Disfruten de sus viejos, y
dejenlos que descansen en vida.
1 comentario:
Y sepamos aprender de ellos, también en vida!
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