El cuerpo humano cuenta con
cierta cantidad de energía, que en cada uno es diferente. Lo que es igual para
todos, es el hecho de que nuestra energía se genera y administra a través de la
conciencia. Somos seres de energía consciente, aunque no seamos conscientes de
esto. Uno puede hacer un gasto mas grande de energía sentado en una computadora
que corriendo por el parque. Para tener una buena cantidad de energía
disponible necesitamos tener claridad mental, claridad para no malgastar
energía en cosas inútiles. La claridad mental se logra con disciplina: para
comer, para elegir que hacer cada día, para hablar, para hacer lo mejor posible
cada cosa que se hace. Pero la disciplina más importante es la que hay que
tener para seguir los impulsos de vida que nos atraviesan y proponen una vida
ideal para cada uno. Cada uno tiene impulsos diferentes pero todos los tenemos.
Para poder escucharlos hay que tener disciplina, sentarse a escucharlos,
limpiar nuestra mente, llevarla al vacío para así poder llenarla sin prejuicios
ni dudas. Y si uno se toma la vida como un sueño, en la idea de que lo “peor” que
nos puede pasar es despertarnos en una cama. Si realmente creemos que la muerte
no es mas que un despertar, la vida puede tomarse de una manera mas sana, sin
enojos, sin tristeza, sin sufrimientos, y tantas cosas que en un sueño,
conciente de que se esta soñando, no tendrían sentido. En los sueños uno no
pierde tiempo mirando televisión, ni pasa horas en una oficina para juntar
dinero. Por lo general en un sueño uno vive sensaciones extremas, muchas veces
mágicas y de apariencia irreal. La vida puede ser lo mismo, y lo mas cómico de
todo es que si uno se la toma así realmente las cosas, como en los sueños, se
obtienen sin el menor esfuerzo y en el momento justo. La vida también puede ser
una pesadilla, y hay veces que tiene que ver mucho en esto razones externas.
Para mi, una pesadilla se diferencia de un sueño mas que nada por la
repetición. En las pesadillas uno se queda atrancado en un lugar donde algo se
repite constantemente y uno ocupa su cabeza en ello sin poder hacer nada para
cambiarlo. Esa repetición se transforma en pesadilla, en un sueño del que no
somos dueños, un sueño que no elegimos. Pero si uno toma conciencia y empieza a
hacerse cargo de su propio sueño, puede moldearlo a su medida, compartiendo
todo, que no es mas que nada. Apuntar la energía para hacer todo lo posible
para empezar a tener conciencia de ser, conciencia de que estamos de paso y que
todo esto pasa y lo mejor que uno puede hacer es vivir consciente de esto.
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