jueves, 24 de julio de 2008

Crecer con la mentira

Los adultos viven mintiendo a los niños. Los padres a los hijos, los abuelos a los nietos y Moria Casán a su sex toy de turno. Sin necesidad alguna se le hace creer a un chico que un ratón de apellido Pérez se va a llevar su diente, o que un viejo gordo abrigadísimo va a dejarles regalos en pleno verano. ¿Por qué el que se lleva los dientes no es un duende y el que trae los regalos no viene en muscolosa y bermuda? Ya que vamos a mentir al menos hagamos mentiras mas creíbles. El cuco me va a comer si no tomo la sopa aunque, los cucos del gobierno de turno le coman la sopa a muchos. Yo también busqué pisadas de camello en la mañana del 7 de Enero. Yo también me arrepentí de haber tirado piedras al tren, por miedo de que me haya visto Santa Clau (sen). Si uno se pone a pensar un minuto llega a la conclusión que los menores viven presionados por los mayores. Jamás se relajan los pobres: no se pueden hacer encima, tienen que tomar la sopa helada y no pueden comer tanto chicle como quisieran. No solo viven engañados y presionados, sino que también son obligados a forjar una personalidad determinada. Si un niño nace en Gonzalez Catán va a vestir, hablar y escupir distinto a uno que nació en zona norte del conurbano Hollywood. Pero ninguno de ellos es así por elección propia, sino por decisión de sus padres o su entorno social. Entonces todos terminamos arrastrando una personalidad ajena, aunque siempre le ajustamos o aflojamos algún tornillos, depende de cada uno. En conclusión los niños de hoy son una mutación de la personalidad de sus antecesores, a veces mas mutantes que personas. Los niños quieren ser mas libres y de a poco lo están logrando, siempre los tiempos mas violentos son los que pasaron en la generación anterior. Por eso dejemos en los pequeños crezcan en libertad. En una de esas aparece un político honesto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso se llama solización...yo preferiría que me sigan mitiendo si se trata de buscar la huellas de los camellos, de hecho cuando me entere que los cuentos de hadas eran mentira y que los reyes magos no existían la vida se volvió más gris

Anónimo dijo...

Ja! socialización