Comprar un piso en una zona céntrica de cualquier ciudad es muy caro. Hay gente que se endeuda por treinta años para tener un pedazo de tierra en un barrio exclusivo, también hay quienes optan por gastar una millonada por un cuatro paredes en Puerto Madero. Si hay lugar de sobra en la tierra, ¿cuál es la necesidad de amontonarnos? Hace 20 años atrás es posible que el argumento de que uno necesita estar donde está el dinero era convincente, pero hoy en día y con la tecnología que hay uno puede hacer sus tareas desde cualquier parte del globo terráqueo. Uno puede ver a Jorge Rial estando en Japón (su programa ya es un éxito en los comedores de Toyota), un escritor puede consultar cualquier biblioteca por internet y hasta conseguir una bibliotecaria nudista. La globalización existe desde que se invento la piñata. Un músico puede componer, grabar y dar sus recitales desde su casa en Las Toninas y hacer agitar Laferrere desde allí. Hasta hay muchos ladrones que hacen su labor sentados en una computadora mientras suben fotos al Facebook. Uno si realmente se lo propone puede vivir lejos del tránsito de la ciudad. También es cierto que muchas cosas se perderían al estar lejos: ir al bar de siempre, compran en el chino de la cuadra e ir a las marchas del M.M.P.L.L.D.L.G.U.P.H.H.E.Mc. (Movimiento Maoista Por La Liberación De Los Gusanos Usados Para Hacer Hamburguesas En McDonalds). Lugar hay por todos lados, hasta si uno se lo propone puede tener mucho lugar aún viviendo en un ambiente pequeño. Hay quienes prefieren esperar las vacaciones para disfrutar del tiempo. Dicen que los cerebros de los genios hacen turismo aventura en las cabezas de las modelos.
viernes, 25 de julio de 2008
jueves, 24 de julio de 2008
Crecer con la mentira

domingo, 20 de julio de 2008
Demasiado jóvenes para morir
miércoles, 16 de julio de 2008
Antes de los años pasan primero los días

martes, 15 de julio de 2008
Miedo al desconocido

Jamás cruzo la 9 de Julio en rojo, ni le pongo mostaza al arroz con leche, ni uso el celular en un banco. Todas estas cosas no las hago por un solo motivo: porque nunca las hice. Entonces no se como hacerlas, ni cuando y menos aún por qué razón llevarlas a cabo. Así como yo, todos no hacemos cosas, ni siquiera en toda la vida. Muere gente sin haber visto el mar, o sin ver ni un fragmento de "Los colimbas se divierten" y hasta hay quienes fallecen sin saber lo que es pisar vidrio descalzo. También en muchos casos las cosas uno no las hace por falta de recursos sino por voluntad propia. Entonces muchos americanos votan a Bush, muchos ingleses a Blair y muchos gorilas a Carlos Saul Tarzán. Un irakí no sabe lo que es agrandar un combo, ni siquiera sabe lo que es un combo, solo conoce los comboys yankis. Un Boy Scout nunca no esta listo, un bidet nunca ve una cara y una vaca desconoce el sabor de la tira de asado (menos Anibal el Toro Carnívoro). Un kamikaze nunca va a saber lo que es un paro cardíaco, un talibán un bikini open y una modelo un bikini close. Algún día deberíamos probar con un yogurt. Un guiso de lentejas de desayuno, un café de almuerzo, mondogo con el mate de la tarde y mañanas informales por la noche (grabado). Yo voy a empezar a dejar de desconocer lo desconocido, voy a comer los tallarines sin pegarlos en los azulejos de la cocina, voy a darle ratón al queso y cambiar de canal antes de prender la tele. Si hay vedettes que hacen poesía...¿qué esperan para invitar a Sábato al muro infernal?
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