lunes, 13 de octubre de 2008

Repitiendo

Vivimos repitiendo, y no solo cuando comemos ajo. Hay millones de personas llamadas Michael, George y también hay muchos Carlos (en Argentina mas de los que necesitamos). Pero nadie se llama Mouse, ni José Cuis ni tampoco oí de alguien que se llame simplemente Nombre. Cada uno puede nombrar a su hijo como quiera. Sin embargo en Lanús sigue sin haber ni una persona llamada Edificio. No hay necesidad para repetir tanto los nombres, al contrario, si hay variedad de nombres no van a hacer falta los apellidos. Palabras hay mas que personas. Y si no alcanzan las que hay con pegarle un manotazo al teclado inventamos una nueva. ¿Por qué vamos en "colectivo" a trabajar en vez de en "culectivo"? La arbitrariedad de las palabras es justificable, porque siempre ponerle nombre a las cosas es arbitrario. Pero no hay forma de justificar el uso reiterado de una misma palabra para definir diferentes cosas. No entiendo porque en un banco uno puede sentarse o cobrar un cheque. A veces pienso que es una especie de mecanismo de defensa contra el ataque extranjero que quiere aprender el idioma. Otra razón (a voluntad) no le encuentro. Todo lo repetimos. Nos golpeamos con la misma pared, todo el tiempo. Los vagos repiten de grado, los cinéfilos de pelicula en el cine y los floggers se (arre) pienten de pegarle a los emos. Si sabemos que Tito el de la vuelta tiene mas caro el tomate que Arnaldo el de la otra cuadra, ¿Por qué le compramos tomate a Tito? Si es un carero. Dicen que hay que aprender de los errores, pero también hay que aprender a no repetirlos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajaa
muy interesante reflexión. estaría bueno usar la técnica del manotazo al teclado para ponerle nombre a nuestras mascotas, amigos e incluso a nuestros hijos. probemos.
mi primer hijo se llamará:
igy
asombroso! fue un golpe de dedos en simultáneo. lo increible es que se asemeja al nombre de un excéntrico rock star. quizas hasta mis dedos esten automatizados a repetir tb.
el panza